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Un mundo que representa el sueño de un hombre Emilio Tudanca Ruíz que dedicó toda su vida al arte religioso.
Dejó, a los catorce años, en una mañana lluviosa del frio invierno de Burgos, la seguridad infantil de la escuela, para adentrarse en un mundo extraño de cabezas aladas, santos torturados y vírgenes que lloran desconsoladamente su eterna pérdida, en el taller de imaginería de su primer maestro.
Cuatro generaciones de la familia Tudanca y un plantel de magníficos colaboradores, hemos luchado por mantener y preservar durante más de ochenta años, tanto los procesos propios de nuestro taller, como las complejas técnicas de los grandes imagineros españoles.
La gran experiencia adquirida nos permite poner a disposición de nuestros clientes la más alta gama de opciones artísticas en escultura, pintura o restauración en un intento constante de cuidar y acrecentar, nuestro riquísimo patrimonio artístico.
Vea, en nuestras páginas, algunas de las obras más significativas realizadas en nuestro Taller durante todos estos años y una extensa gama de posibilidades artísticas y servicios que ofrecemos a nuestros clientes.